En Estados Unidos y Gran Bretaña existe una tendencia de regalar pasteles que revelan el sexo del bebé y hacer una pequeña reunión que, poco a poco, ha ido desbancando al clásico baby shower. La dinámica funciona más o menos así: la pastelería o confitería recibe un sobre sellado con los datos de la mujer que desea contratar el servicio, generalmente enviado por personal del hospital donde se está tratando que ya conoce el sexo del bebé. Con esa información, se realiza un pastel con relleno de color rosa (si es niña) o azul (si es niño). La tarta se hace llegar a la casa de la interesada que convoca algunos invitados a rebanarla, haciéndolos partícipes de una celebración íntima y emotiva.